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lunes, 2 de enero de 2012

NAVIDAD: Dios ha venido como niño

«Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor» (Lc 2, 10)

"Dios se ha manifestado. Lo ha hecho como niño. Precisamente así se contrapone a toda violencia y lleva un mensaje que es paz. En este momento en que el mundo está constantemente amenazado por la violencia en muchos lugares y de diversas maneras; en el que siempre hay de nuevo varas del opresor y túnicas ensangrentadas, clamemos al Señor: Tú, el Dios poderoso, has venido como niño y te has mostrado a nosotros como el que nos ama y mediante el cual el amor vencerá. Y nos has hecho comprender que, junto a ti, debemos ser constructores de paz. Amamos tu ser niño, tu no-violencia, pero sufrimos porque la violencia continúa en el mundo, y por eso también te rogamos: Demuestra tu poder, ¡oh Dios! En este nuestro tiempo, en este mundo nuestro, haz que las varas del opresor, las túnicas llenas de sangre y las botas estrepitosas de los soldados sean arrojadas al fuego, de manera que tu paz venza en este mundo nuestro."

Benedicto XVI

miércoles, 19 de octubre de 2011

CURSO: TEOLOGÍA Y PASTORAL DEL NUEVO RITUAL DE MATRIMONIO


Destinado a:
*Ministros ordenados, seminaristas, estudiantes de ciencias sagradas y agentes pastorales de la Pastoral Familiar.

*Integrantes de los equipos de animación litúrgica de las parroquias (acólitos, guías, lectores, músicos, etc.), y alumnos del Centro de Teología y Pastoral Litúrgica Romano Guardini.

*Todo el Pueblo de Dios interesado en formarse en el área de la pastoral y celebración de este sacramento.

Martes 8 de Noviembre

Por la mañana 9:30 a 12:00 hs.

Se repite 19:30 a 22:00 hs.

LUGAR Casa de la Catequesis Frans de Vos (Sáenz 548), Lomas de Zamora.

En el Encuentro se podrá adquirir:

*NUEVO RITUAL DE MATRIMONIO
   Tomo I: Ritual de la celebración.
   Tomo II: Leccionario.
Los 2 Tomos: $240

*NUEVO CD DE MÚSICA PARA LA CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO ($35)

PARTICIPACIÓN LIBRE Y GRATUITA

jueves, 30 de junio de 2011

BIENVENIDOS AL TIEMPO DURANTEN EL AÑO

Lienzo pintado de Caludio Pastro que muestra secuencialmente el desarrollo
de las Palabra de  Dios en el Tiempo durante el Año

Desde el lunes posterior a la Fiesta de Pentecostés retomamos la celebración del Tiempo durante el año o Tiempo Ordinario. Es el tiempo más antiguo de la organización del año cristiano.

Y además, ocupa la mayor parte del año: 33 ó 34 semanas, de las 52 que hay.
Una primera parte la hemos vivido desde el final de la Navidad hasta el comienzo de la Cuaresma (semana 1º a 10º), terminado el ciclo pascual (Cuaresma, Triduo y Cincuentena) retornamos a este tiempo litúrgico des de la semana 11º a la 33º.

El Tiempo Ordinario tiene su gracia particular que hay que pedir a Dios y buscarla con toda la ilusión de nuestra vida: así como en este Tiempo Ordinario vemos a un Cristo ya maduro, responsable ante la misión que le encomendó su Padre, le vemos crecer en edad, sabiduría y gracia delante de Dios su Padre y de los hombres, le vemos ir y venir, desvivirse por cumplir la Voluntad de su Padre, brindarse a los hombres…así también nosotros en el Tiempo Ordinario debemos buscar crecer y madurar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor, y sobre todo, cumplir con gozo la Voluntad Santísima de Dios. Esta es la gracia que debemos buscar e implorar de Dios durante estas 23 semanas del Tiempo Ordinario.

El que no crece, se estanca, se enferma y muere. Debemos crecer en nuestras tareas ordinarias: matrimonio, en la vida espiritual, en la vida profesional, en el trabajo, en el estudio, en las relaciones humanas. Debemos crecer también en medio de nuestros sufrimientos, éxitos, fracasos. ¡Cuántas virtudes podemos ejercitar en todo esto! El Tiempo Ordinario se convierte así en un gimnasio auténtico para encontrar a Dios en los acontecimientos diarios, ejercitarnos en virtudes, crecer en santidad…y todo se convierte en tiempo de salvación, en tiempo de gracia de Dios. ¡Todo es gracia para quien está atento y tiene fe y amor!

El espíritu del Tiempo Ordinario queda bien descrito en el prefacio VI dominical del Misal Romano:

“En ti vivimos, nos movemos y existimos;
y todavía peregrinos en este mundo,
no sólo experimentamos las pruebas cotidianas de tu amor,
sino que poseemos ya en prenda la vida futura,
pues esperamos gozar de la Pascua eterna,
porque tenemos las primicias del Espíritu
por el que resucitaste a Jesús de entre los muertos”.

martes, 7 de junio de 2011

PENTECOSTÉS: LA PROMESA SE CUMPLE


Queridos hermanos:

Nuestro Señor ya ha ascendido al cielo el Domingo VII de Pascua, dejándonos una tarea: "Vayan, entonces y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos." Pero no dejó también una garantía: "Yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo."(Mt 28,19).

Toda la Pascua ha estado atravesada por una promesa:

"Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito
para que esté siempre con ustedes: el Espíritu de la Verdad"
(Jn 14, 16-17)

Ya nos encontramos próximos a celebrar la gran Fiesta de Pentecostés, recuerdo de la efusión del Espíritu Santo sobre los Apóstoles (cfr. Hch 2,1-4), de los comienzos de la Iglesia y del inicio de su misión a toda lengua, pueblo y nación.

Exhortando a la oración y a la participación en la misión, el misterio de Pentecostés ilumina la piedad popular: también esta "es una demostración continua de la presencia del Espíritu Santo en la Iglesia. Éste enciende en los corazones la fe, la esperanza y el amor, virtudes excelentes que dan valor a la piedad cristiana".

Con fórmulas conocidas que vienen de la celebración de Pentecostés (Veni, creator Spiritus; Veni, Sancte Spiritus) o con breves súplicas (Emitte Spiritum tuum et creabuntur...), los fieles suelen invocar al Espíritu, sobre todo al comenzar una actividad o un trabajo, o en situaciones especiales de angustia. También el rosario, en el tercer misterio glorioso, invita a meditar en la efusión del Espíritu Santo. Los fieles, además, saben que han recibido, especialmente en la Confirmación, el Espíritu de sabiduría y de consejo que les guía en su existencia, el Espíritu de fortaleza y de luz que les ayuda a tomar las decisiones importantes y a afrontar las pruebas de la vida. Saben que su cuerpo, desde el día del Bautismo, es templo del Espíritu Santo, y que debe ser respetado y honrado, también en la muerte, y que en el último día la potencia del Espíritu lo hará resucitar.

Al tiempo que nos abre a la comunión con Dios en la oración, el Espíritu Santo nos mueve hacia el prójimo con sentimientos de encuentro, reconciliación, testimonio, deseos de justicia y de paz, renovación de la mente, verdadero progreso social e impulso misionero.

Ha cobrado importancia la celebración prolongada de la Vigilia de Pentecostés, que tiene el carácter de una oración intensa y perseverante de toda la comunidad cristiana, según el ejemplo de los Apóstoles reunidos en oración unánime con la Madre del Señor. Esta Vigilia tiene que ser la explosión del gozo pascual, que llega a su triunfo con la recepción de la Promesa de Nuestro Señor. De ninguna manera debe minimizarse o reducirse la solemnidad, el clima de fiesta y la pulcritud que se han sostenidos durante la Cincuentena. La Iglesia resucitada con Cristo estalla de alegría por el Don maravillosos que el Padre nos envía: su mismo Espíritu, y el mismo que resucitó a Jesús.

Para preparar esta Vigilia, te proponemos algunos modelos de oraciones que irán estructurando la celebración de la Liturgia de la Palabra. Hace click en el enlace:

martes, 24 de mayo de 2011

SUGERENCIAS PASTORALES PARA EL TIEMPO PASCUAL

Después de preparar con notable esfuerzo pastoral, la gran celebración pascual, pasada la Vigilia y el primer domingo de Pascua, parece a menudo que entramos en domingos durante el año. ¿Qué hacemos de la cincuentena pascual? ¿Qué hacemos de la gran fiesta cristiana que debería prolongarse durante estas siete semanas?

El tiempo de Pasuc hay que planificarlo y prepararlo. Sería bueno que se hiciera antes de empezar la Semana Santa con la reunión del equipo de liturgia y pensando conjuntamente, las líneas principales que el tiempo deberá tener.

A continuacion aportamos algunas sugerencias y puntos a tener en cuenta:


LA AMBIENTACIÓN DE LAS CELEBRACIONES

Para que se vea que estamos celebrando algo importante, es decisiva la  imagen tanto visual como auditiva que dé la Iglesia en la que nos reunimos. Es necesario valorar los signos, y que esos signos sean festivos.

§          Tantas flores como sea posible, y tanta iluminación como sea posible. ¿Por qué no pedir a los asistentes que traigan flores? La gente de ornamentación podría pedir la clase de flores que necesita o se las ingeniará para combinar la variedad.

§          Emplear la música: vale la pena que el que entre en la iglesia, se encuentre acogido por un fondo musical.

§          Colocar carteles de vivos colores que destaque el tiempo que celebramos.

§          Que en el atrio de la iglesia se ponga cada domingo un mural con alguna fotografía y algunas frases de la liturgia del día.

§          La presencia del Cirio Pascual adornado con flores y colocado en un soporte digno y estético, colocado cerca del ambón. Este Cirio ilumina todas las celebraciones de la comunidad cristiana, también las de la Liturgia de las Horas, durante todo el Tiempo Pascual, hasta la tarde de Pentecostés.
Pero además está presente en dos sacramentos: En el Bautismo encendemos el Cirio Pascual: es el recuerdo simbólico de que bautizarse es incorporarse a la Muerte y Resurrección, a la Vida Nueva de Cristo; también en las Exequias se enciende el Cirio: el que empezó su camino de fe a la luz de Cristo, lo concluye a la misma luz. En ambas ocasiones, el Cirio se enciende cuando se reúne la comunidad, como el primer rito de entrada.

§          Otro típico signo de Pascua es la pila bautismal, si no está en un lugar accesible a todos, entonces habrá que mantener limpio el recipiente donde coloca diariamente el agua a la entrada de la Iglesia.


EL ESTILO DE LAS CELEBRACIONES

§          Hacer la aspersión del agua cada domingo, en lugar del acto penitencial. Es necesario presentarlo como recuerdo pascual del bautismo: hacerlo muy significativamente, y cantar cantos pascuales o bautismales.

§          Cantar el Gloria, si no es posible, podría acompañarse de música instrumental.

§          Cantar, cantar mucho, y cantar cantos pascuales. El Aleluya debería resonar con frecuencia (explicar alguna vez su sentido), por ejemplo destacando la aclamación del evangelio, y empleando cantos que lo contengan.

§          La predicación. Que sea pascual; siempre resulta más fácil predicar para que la gente "se convierta" que predicar para que viva el gozo de la salvación.

§          Destacar la plegaria eucarística, cantando cada domingo el prefacio (o al menos sus tres invitaciones), la aclamación de la consagración y la doxología final. Y que el sacerdote proclame toda la plegaria con la conveniente expresividad.

§          El Credo en forma de preguntas cada domingo o usar el Credo breve, hacer procesión de ofrendas, decir la bendición solemne.


UN TIEMPO SACRAMENTAL

Es un tiempo propicio y pedagógico para ayudar a entender que los sacramentos son participación de la vida del Resucitado y no actos aislados.

§          Celebrar Bautismos.

§          Poner las Confirmaciones en este tiempo. Para que se vea que es un sacramento, una nueva participación del Espíritu del Señor resucitado.

§          Primeras Comuniones.

§          La Unción de los enfermos. Es un momento ideal para organizar un encuentro de enfermos dentro de alguna eucaristía dominical, administrándoles allí el sacramento: ¡la fuerza del Señor resucitado!

El mejor servicio que podríamos prestar a nuestras comunidades cristianas sería intentar comunicar este espíritu pascual de celebración, de fe en el Resucitado, de esperanza en el camino hacia la vida que Dios quiere.


LA VIRGEN MARÍA, EN PASCUA Y PENTECOSTÉS           

Ciertamente no faltan motivos para recordar a María en el tiempo de Pascua y en la espera de la venida del Espíritu Santo. Sabemos indirectamente que la Virgen participa de la Pascua del Hijo, en la alegría de su Resurrección y que está presente en Pentecostés, en la oración común.

Entre los elementos marianos de la liturgia del tiempo pascual recordamos: el saludo de completas, Regina coeli; el Magnificat de Vísperas.


OTROS EJERCICIOS PIADOSOS

§          La bendición anual de las familias en sus casas: Es una ocasión propicia para hacer resonar en las familias cristianas el recuerdo de la presencia continua de Dios, llena de bendiciones, la invitación a vivir conforme al Evangelio, la exhortación a los padres e hijos a que conserven y promuevan el misterio de ser "iglesia doméstica".

§          El "Vía lucis": En él, como sucede en el Vía Crucis, los fieles, recorriendo un camino, consideran las diversas apariciones en las que Jesús (desde la Resurrección a la Ascensión, con la perspectiva de la Parusía) manifestó su gloria a los discípulos, en espera del Espíritu prometido (cfr. Jn 14,26; 16,13-15; Lc 24,49), confortó su fe, culminó las enseñanzas sobre el Reino y determinó aún más la estructura sacramental y jerárquica de la Iglesia. En una sociedad que con frecuencia está marcada por la "cultura de la muerte", con sus expresiones de angustia y apatía, el Vía lucis es un estímulo para establecer una "cultura de la vida", una cultura abierta a las expectativas de la esperanza y a las certezas de la fe.

§          La devoción de la divina misericordia: Puesto que la liturgia del "II domingo o de la divina misericordia", constituye el espacio natural en el que se expresa la acogida de la misericordia del Redentor del hombre, debe educarse a los fieles para comprender esta devoción a la luz de las celebraciones litúrgicas de estos días de Pascua. En efecto, "El Cristo pascual es la encarnación definitiva de la misericordia, su signo viviente: histórico-salvífico y a la vez escatológico. En el mismo espíritu, la liturgia del tiempo pascual pone en nuestros labios las palabras del salmo: "Cantaré eternamente las misericordias del Señor" (Sal 89 (88), 2)".

§          La novena de Pentecostés: La Escritura da testimonio de que en los nueve días entre la Ascensión y Pentecostés, los apóstoles "permanecían unidos y eran asiduos en la oración, junto con algunas mujeres y con María, la Madre de Jesús, y con sus hermanos" (Hch 1,14), en espera de ser "revestidos con el poder de lo alto" (Lc 24,49). De la reflexión orante sobre este acontecimiento salvífico ha nacido el ejercicio de piedad de la novena de Pentecostés. En realidad, en el Misal y en la Liturgia de la Horas, sobre todo en las Vísperas, esta "novena" ya está presente: los textos bíblicos y eucológicos se refieren, de diversos modos, a la espera del Paráclito. Por lo tanto, en la medida de lo posible, la novena de Pentecostés debería consistir en la celebración solemne de la Vísperas. Si no es posible, la novena que se prepare debería reflejar los temas litúrgicos de los días que van de la Ascensión a la Vigilia de Pentecostés.

miércoles, 4 de mayo de 2011

BENEDICTO XVI HA BEATIFICADO A JUAN PABLO II

Este 1º de mayo de 2011, celebrando a la Divina Misericordia en el Segundo Domingo de Pascua, el papa Benedicto XVI presidió en la plaza de San Pedro la celebración eucarística durante la cual proclamó Beato al Siervo de Dios Juan Pablo II, cuya fiesta se celebrará a partir de ahora el 22 de octubre de cada año.     Asistieron a la ceremonia 87 delegaciones de varios países, entre los cuales 5 casas reales, 16 jefes de Estado, entre ellos los presidentes de Italia y de Polonia y 7 primeros ministros.

Desde la diócesis nos sumamos a la alegría y la acción de gracias a Dios por Juan Pablo, que como líder de la Iglesia ha sabido dejarnos un modelo actual de santidad, bajo valores cristianos como la defensa de la vida, la certeza del amor de Dios y el valor del sufrimiento.

!!!CRISTO HA RESUCITADO, ALELUYA¡¡¡

“Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos, y por medio de un hombre viene la resurrección. En efecto, así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo.”
Cfr 1 Cor 15, 20-22

Hermanos:

Tenemos la alegría de vivir este año una nueva Pascua. Aquel que había muerto por nuestros pecados, ha resucitado para darnos Nueva Vida. Así podemos afirmar hoy que por medio de un hombre nos ha llegado la resurrección.

Luego del recorrer el itinerario penitencial de la Cuaresma, ejercitándonos en el ayuno, la oración y la limosna, hemos llegado al corazón de la experiencia cristiana: la Pasión, la Muerte y la Resurrección del Señor celebradas en el Sagrado Triduo Pascual. El Misterio Pascual, a través de la liturgia, nos ha configurado con Él. Y ahora explota nuestra alegría en la solemnidad pascual, que celebraremos durante 50 días como un "único y gran domingo" (San Atanasio).

Jesús es el protagonista de un hecho único: Él ha sido el primero que ha regresado de la muerte. Pero ¿qué tiene que ver eso con nosotros a dos milenios de distancia? Su resurrección es nuestra resurrección; la Vida ganada por su Sangre en la Cruz es ahora nuestra Vida. Y como nos dice San Pablo: todos los que tendemos a la muerte por Adán y su pecado tenemos hoy la esperanza de revivir en Cristo. "¡Oh feliz culpa, que nos mereció tan noble y tan grande redentor!" (Pregón Pascual de la Vigilia).

Por eso nuestra humanidad ha sido levantada por su divinidad. Fuimos redimidos solo por su Amor !Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos¡ (Sal 117, 23). En nuestros templos renace el gozo de la luz, las flores y los colores vivos. Regresan a nuestra asambleas los himnos y cantos festivos. Desde la Vigilia Pascual en la Noche Santa, viviremos una liturgia resucitada, que hasta la Solemnidad de Pentecostés no dejará de decirnos: Este es el día en que actuó el Señor, alegrémonos y regocijémonos en Èl.

Les deseamos una Feliz y bendecida Pascua
CoDiLi